Conoce y ama a tu gato

8 gatos negros que trajeron buena suerte

25 noviembre 2024

En Sanicat, hemos dedicado octubre a celebrar el Mes de Sensibilización sobre el Gato Negro, una iniciativa con la que queríamos promover la idea de que todos los gatos, sin importar su raza o color, merecen una familia que los quiera. Durante todo el mes, hemos compartido historias de nuestros seguidores que demuestran que sus mininos de pelaje negro no han traído más que fortuna, amor y felicidad a sus hogares.

Pero no todo el mundo comparte esta opinión: hay quien cree que estos felinos traen mala suerte, lo que muchas veces complica su adopción. Pero después de leer tantas historias bonitas sobre cómo los gatos negros han cambiado la vida de sus dueños para bien, podemos afirmar que eso no es verdad y que estos se merecen el mismo amor que cualquier otro gatito.

Queremos dar las gracias a todos los seguidores de Europa y América Latina que nos han enviado sus historias y han contribuido a esta iniciativa. Nos ha encantado conoceros y poder compartir vuestra buena fortuna. 

 

View this post on Instagram

 

A post shared by Sanicat España (@sanicat_es)

 

8 historias sobre gatos negros y cómo han cambiado la vida de sus familias para bien

Hemos recibido muchísimas historias de nuestros seguidores, sobre auténticos luchadores que acabaron sido rescatados, compañeros de confinamiento, protectores de la familia o fieles amigos de los más peques. Aquí puedes leer nuestros ocho relatos preferidos.

Conoce a Lucky, Kyūbi, Poggie, Wandajon, Bailey, Capucin, Feline, Cloë y Furia:

 

1. Lucky, buena suerte durante el confinamiento 🐈‍⬛

Recién llegada a un barrio de las afueras de Barcelona desde Venezuela, María llevaba poco tiempo conviviendo con su compañera de piso y con la gatita de esta, Lucky, cuando se decretó el estado de alarma para luchar contra la pandemia. María siempre había preferido los perros. Había tenido anteriormente dos golden retrievers y nunca había compartido casa con un gato. Pero se dio cuenta de que el amor no distingue razas, especies ni colores.

El 15 de marzo de 2020 empezó el confinamiento de la COVID-19, y su compañera de piso tuvo que marcharse a cuidar de su familia. María se quedó sola en compañía de su nueva amiga felina.

En aquellos momentos de incertidumbre y soledad en una casa y un país extraños, María tuvo que adaptarse a una nueva vida y una nueva ciudad en unas condiciones muy difíciles. Seguramente habría podido superar esos obstáculos sin Lucky, pero su nueva amiga le ayudó a ver las cosas con optimismo, incluso encerrada entre cuatro paredes todavía desconocidas. Lucky le dio lo que más necesitaba en aquellos días: compañía y amor.

Lo que demuestra que el amor no entiende de especies❤️

 

2. Kyūbi, protector del hogar y oráculo de la familia

La familia de Kyūbi la adoptó de una colonia de gatos un mes después de que empezara el confinamiento. Desde entonces, ha sido de gran ayuda para Noelia, su dueña, y la ha acompañado en muchas situaciones difíciles, incluida la muerte de su abuela.

Kyūbi también sirve de oráculo en todo tipo de decisiones en el hogar. Cuando su familia tiene dudas sobre qué comer, qué planes hacer o qué película ver, le preguntan a Kyūbi y dejan que sea ella quien elija. Hasta ahora, ha acertado en muchas decisiones y ha animado a la familia a explorar cosas nuevas y descubrir aficiones como, por ejemplo, el baile.

Su nombre es el de uno de los kitsunes, los seres mitológicos japoneses. El kitsune Kyūbi es una criatura protectora que protagoniza uno de los cuentos que la abuela de Noelia le contaba a la hora de ir a la cama y que dice así:

Había una vez una joven madre que había sido rechazada por su familia porque estaba soltera y no podía encontrar trabajo. Como no tenía dinero, no podía pagar a nadie para que cuidara de su hijo, pero un buen día un gato negro se cruzó en su camino. Al gato también lo habían rechazado, así que la joven madre simpatizó con él y lo llevó a su casa.

 

3. Un compañero constante 🐈⬛

Hace nueve años, alguien dejó a cinco gatos pequeños fuera del lugar de trabajo de Sara: cuatro rojos y uno negro. Cuando Sara vio al gato negro, supo que tenía que llevárselo a casa, sobre todo después de que todos sus hermanos fueran adoptados y ella se quedara sola. Muchos decían que tener un gato negro traería mala suerte a Sara, pero Poggie cambió su vida para mejor.

Cuando Sara se llevó a Poggie a casa, donde se había mudado recientemente con su novio, los primeros días estuvieron llenos de divertidas sorpresas. Ninguno de los dos había vivido antes con un gato.

Poggie siempre corre a la puerta para saludarles cuando llegan a casa, les hace compañía cuando ven el fútbol en la tele, disfruta de sus fiestas de fin de curso e incluso viaja con ellos en coche y en tren.

Tanto si están cocinando, leyendo, estudiando, trabajando, viendo la tele, durmiendo, yendo de vacaciones o incluso yendo al baño, Poggie siempre está ahí haciendo que su familia se sienta querida cada día.

Desde que llegó a sus vidas, el novio de Sara se ha graduado (con Poggie presente durante todo el proceso de escritura de la tesis) y ha encontrado un trabajo. Y han tenido una preciosa niña que también la adora.

Poggie es una gata muy especial que ha llenado la vida de su familia de alegría y amor, y todos se sienten realmente afortunados de haberla encontrado ❤️

 

4. El poder de los arrumacos de un gato negro 😻

Wandajon es el segundo gato negro de Laura. En las dos ocasiones en las que Laura ha convivido con estos animales, siempre le han pasado cosas buenas.

Tras pasar por una temporada difícil de estrés, Wandajon le trajo a Laura la tranquilidad y paz que necesitaba: ¡sus mimos y arrumacos contribuyeron a su recuperación!

También ese mismo año, Laura se pudo comprar un BMW Serie 1. ¡Los gatos negros solo traen buena suerte!

 

5. Bailey, todo un superviviente

Después de varios días escuchando maullidos en un garaje próximo, María Luisa y su familia descubrieron que había un pequeño gatito negro oculto en el motor de uno de los coches. Pensaron que a lo mejor la madre se había ido y el animalito, que tenía poco más de un mes, se había escondido buscando calor en el motor.

¡Eso sí que es un superviviente!

Decidieron llevarlo a casa y le pusieron el nombre de Bailey. El gatito pronto conquistó el corazón de toda la familia, aunque de pequeño siempre fue bastante trasto. Su aventura en el garaje le había enseñado que solo tenía que maullar para conseguir lo que quería. Cogía cualquier objeto que encontraba a su alcance para jugar con él, o incluso tragárselo: gomas del pelo, cables… Nada estaba a salvo con él. También le gustaba esconderse en rincones oscuros y hacerse un cómodo nidito entre los jerséis del armario.

Bailey amaba la libertad y le encantaba hacer escapadas por el vecindario, pero siempre acababa volviendo,

Durante el confinamiento, aunque ya estaba muy mayor, le gustaba sentarse junto al ordenador de María Luisa mientras ella trabajaba y llamar su atención en busca de mimos.

Bailey murió con 14 años, y su familia lo sigue recordando y echando de menos. Los gatos negros merecen tanto amor como los de otro color, y María Luisa sabe que la adopción de Bailey trajo mucha alegría y suerte su hogar.

 

6. Capucin - Un hogar en la granja 🐈‍⬛🏠

Aurélie creció en una granja de la región francesa del Pays de la Loire, y pasó la infancia rodeada de gatos. Cuando alguna gata tenía gatitos, Aurélie y sus hermanos buscaban por toda la granja para encontrar la camada escondida. Pero no todos los gatos que había a su alrededor nacían en la granja: algunos simplemente aparecían de un día para otro y se quedaban rondando durante días o meses.

Uno de esos gatos vagabundos que apareció un buen día fue Capucin: un precioso gatito negro muy cariñoso que pronto conquistó el corazón de Aurélie. Se convirtió en su gato favorito y compartió con ella muchos buenos momentos en el jardín, jugando y haciendo selfies.

Después de un tiempo de idas y venidas, Capucin dejó de vagabundear y se quedó definitivamente con la familia. Sabía que había encontrado un auténtico hogar y una familia que lo quería. Juntos pasaron muchos años creando nuevos recuerdos en la granja 😻

 

7. El amor de un gato negro multiplicado por dos 🐈‍⬛🐈‍⬛

Laura tiene dos preciosas gatas negras: Feline y Cloë.

Feline tiene casi cuatro años, y antes de entrar en casa de Laura fue una gatita perdida que terminó en una protectora. Al principio se ponía muy nerviosa con cualquier situación, pero ahora, aunque aún tiene miedo de algunas cosas, está mucho más tranquila porque sabe que su dueña está a su lado. ¡E incluso a veces es posible que se siente en tu regazo!  

Cloë llegó a la vida de Laura cuando solo tenía un añito, después de deambular por las calles mientras esperaba un hogar. Tiene muchos problemas de salud y es muy tímida cuando hay otras personas alrededor, pero poco a poco está mejorando. Cloë sabe que su dueña solo quiere lo mejor para ella y disfruta mucho jugando por el jardín.

Tanto Feline como Cloë son unos animalitos muy cariñosos, como puedes ver en la foto (¡hasta se acurrucan con el perro!) y están encantadas de tener una familia tan maravillosa después de tantas dificultades. 😻

 

8. La gatita rescatada que nunca se fue ❤️

Nicol solía recoger gatitos de la calle y los cuidaba en su habitación hasta que alguien los adoptaba. Siempre intentaba no cogerles demasiado cariño, ya que cuando se tenían que ir a un nuevo hogar las despedidas eran muy duras, aunque fuese por su bien. Además, su madre no la dejaba tener más de un gato a la vez.

Durante una época triste de su vida, Nicol estaba dando un paseo nocturno bajo una grandísima luna llena de mayo, a quién le pedía un gatito que llenase ese vacío que sentía en el pecho. Su belleza es normalmente una buena forma de distraerse.

Tras caminar dos manzanas, Nicol encontró una pequeña gatita negra que trataba de defenderse de un perro. Nicol rápidamente la apartó (era tan pequeña que pudo cogerla con una mano), pero la gatita trató de saltar e huir mientras la atacaba, y por eso la llamó Furia.

Poco a poco, Furia empezó a ganarse en corazón de Nicole, aunque su madre seguía diciendo que los gatos negros traían mala suerte y daban miedo. Pero Nicole ya no podía imaginarse vivir sin la compañía de Furia. Por suerte, la pequeña se ganó también a toda la familia y se convirtió en la gatita rescatada que nunca se fue.

 

Con un gato negro en casa, nunca te va a faltar amor

Si tu mascota es un gato negro, estás de suerte, ya que puedes disfrutar todos los días de la alegría y la felicidad con las que llena tu hogar. 

Si estás pensando en adoptar a un nuevo amigo felino, te animamos a que tengas en cuenta a los preciosos gatitos negros, que tienen más dificultades para encontrar una familia. Y a todos aquellos que ya formáis parte del club, seguid compartiendo el mensaje de que todos los gatos, sin importar su raza o color, se merecen una familia que los quiera.