Una forma fantástica de compartir experiencias y fortalecer la relación con tu mascota es por medio de juegos que le ayuden a ejercitar sus instintos naturales. Los gatos son criaturas juguetonas y no hay nada que disfruten más que la emoción de cazar. Obviamente, tu gato no quiere cazarte, pero le encanta jugar al escondite contigo para emular el comportamiento natural de perseguir a su presa.
Podéis disfrutar juntos del juego del escondite de muchas maneras. Puedes salir corriendo y esconderte tras una puerta para que tu mascota te busque, o puedes poner un juguete bajo una manta y arrastrarla rápidamente para que tu gato pueda saltar sobre el mismo. Si prefieres un juego más tranquilo, también puedes esconder premios o golosinas dentro de juguetes para que tu gato los olfatee y los encuentre por sí mismo.
A la mayoría de los gatos les gusta esconderse bajo las camas o detrás de las puertas y sofás para saltar o huir corriendo cuando se les descubre. Sin embargo, presta atención a ciertas conductas durante el juego que pueden indicar que no todo es diversión.
Estos son los tres comportamientos principales que debes vigilar:
Lenguaje corporal. Observa el lenguaje corporal de tu gato cuando jugáis al escondite. Si aprecias un rápido movimiento de la cola, las orejas pegadas a la cabeza o el pelo erizado, lo más probable es que tu gato esté estresado.
Largas ausencias. Una de las señales más claras de que tu amigo peludo no se encuentra bien es que se oculte durante periodos más largos de lo normal. Los gatos tienden a esconderse cuando sufren, así que si notas que tu mascota rechaza repentinamente los juegos o los mimos y desaparece durante largos periodos, puede que tengas que empezar a preocuparte.
Caja de arena sucia. Si tu gato solo sale de su escondite para visitar el arenero y lo deja en mal estado después de usarlo, puede que haya algo en su entorno que le esté provocando estrés. A veces puede ser la presencia de otro gato en casa o que haya alguien que le esté prestando demasiada atención y eso le moleste. También puede ser un problema físico o de ansiedad. En cualquier caso, si estas señales claras de ansiedad se repiten, lo mejor que puedes hacer es ponerte en contacto con el veterinario.
Los juegos compartidos son algo muy positivo tanto para ti como para tu amiguito felino, pero es importante prestar mucha atención a sus necesidades. Seguro que a tu gato también le encanta jugar a esconderse, pero préstale atención cuando lo haga para darte cuenta de cuándo la diversión deja de ser un juego para indicar algo más serio.