Se acerca el invierno, una época en la que nuestros mininos son más vulnerables a las enfermedades. A nadie le gusta estar malo, y a los gatos mucho menos. Además, pocas cosas les dan tanta rabia como ver que un humano les está intentando dar un medicamento.
Nosotros lo hacemos con la mejor intención del mundo, pero nuestros amigos felinos tienen un sexto sentido para saber cuándo les hemos puesto una pastilla en la cena. Siempre se las apañan para apartarla y no comérsela, rara vez dejan que se la pongamos en la boca y, si se enfadan, puede que no les volvamos a ver el pelo en todo el día.
Mientras que a los perros es fácil darles una pastilla si la camuflamos con comida, los gatos suelen darse cuenta de lo que estamos haciendo. Pero si queremos que estén sanos, hay que darles sus medicamentos sí o sí, por más que se nieguen. Y ¿cuál es el secreto para hacerlo?
¡No te estreses! En vez de llevar a tu gato automáticamente al veterinario y dejar que se encarguen ellos, prueba este sencillo truco. Solo necesitarás un poco de mantequilla.
Muchos mininos no se tragan las pastillas porque no les gusta el sabor o porque, simplemente, no lo reconocen. La próxima vez que quieras darle un medicamento a tu gato, recubre la pastilla de mantequilla y hazle un suave masaje de garganta para que se la trague con facilidad. Inclínale un poco la cabeza hacia atrás y ponle el medicamento en la parte posterior de la lengua. Luego obsérvalo bien porque lo normal es que, cuando se la haya tragado, se relama el hocico.
La mantequilla te facilitará el trabajo, porque enmascara el sabor a medicamento. El masaje, por su parte, hará que tu amigo felino se tranquilice. Así, la próxima vez tendrá menos miedo, algo especialmente útil si está siguiendo un tratamiento o tiene que tomar varias pastillas. Que el minino esté cómodo es la clave: si lo consigues, cada vez te resultará más sencillo dárselas.
También puedes probar a cubrirlas con la salsa de su comida húmeda favorita, o con el líquido de una lata de atún. Recubrir las pastillas de algo que les guste es una buena alternativa cuando esconderlas en la comida no funciona.
Aun así, a algunos felinos es más fácil darles medicinas que a otros. Al fin y al cabo, ¡cada gatito es un mundo! Pero ten paciencia y no te rindas. Estamos convencidos de que darás con un método que os funcione tanto a ti como a tu mascota.
¿Y tú? ¿Usas algún otro truco para darle pastillas a tus gatos? ¡Cuéntanoslo!